Mary Austin, la ex prometida y eterna amiga de Freddie Mercury, ha sido una figura clave en la vida del icónico líder de la banda Queen, aunque ha permanecido en gran parte alejada de los reflectores a lo largo de los años.

A los 73 años, Mary decidió romper su silencio y compartir detalles íntimos sobre su relación con Mercury, una historia de amor que ha sido considerada como una de las más profundas y conmovedoras en la historia de la música británica.

Mary Austin nació y creció en Londres en un hogar modesto.

Sus padres eran sordos, y debido a esa circunstancia, su infancia no fue fácil.

A una edad temprana, tuvo que aprender a comunicarse de manera diferente, lo que le enseñó a ser paciente y empática.

Estas cualidades serían fundamentales en su vida, especialmente en su relación con Freddie Mercury.

En 1969, cuando Mary tenía 19 años, trabajaba en la tienda de ropa Biba, una boutique de moda que se había convertido en un punto de encuentro para músicos, artistas y jóvenes londinenses interesados en la moda.

Fue en ese entorno donde conoció a Freddie, un joven músico que en ese momento luchaba por hacerse un nombre en la industria musical.

Freddie, que tenía una personalidad arrolladora y carismática, quedó inmediatamente cautivado por la belleza y la naturaleza tranquila de Mary.

Pese a que ambos venían de orígenes humildes, se sintieron atraídos el uno por el otro de manera instantánea.

A medida que su relación florecía, Freddie Mercury se consolidaba como una de las estrellas de rock más prometedoras de la época.

La pareja compartió un romance apasionado y, en 1973, Freddie le propuso matrimonio a Mary.

Aceptó, y aunque su relación parecía perfecta desde el exterior, algo estaba cambiando en el interior de Freddie.

Poco tiempo después de su compromiso, Freddie comenzó a cuestionarse sobre su sexualidad.

En una época en la que la homosexualidad aún era un tema tabú en muchas partes del mundo, Freddie luchaba con sus sentimientos y la manera en que estos impactaban su relación con Mary.

Finalmente, en una conversación dolorosa pero honesta, Freddie le reveló a Mary que era gay.

Para muchos, este sería el final de su relación, pero para Freddie y Mary, fue solo una transformación de su vínculo.

Aunque su relación romántica terminó, Freddie y Mary permanecieron increíblemente cercanos.

Mary fue mucho más que una amiga para Freddie; se convirtió en su confidente más cercana, alguien en quien podía confiar plenamente.

Freddie, que era conocido por su extravagancia y su vida social intensa, siempre volvía a Mary como su refugio seguro.

La describía como su “único y verdadero amor”, y aunque sus vidas siguieron caminos distintos, su conexión nunca se debilitó.

Freddie solía decir que nadie podría reemplazar a Mary en su vida.

A pesar de tener otras parejas, tanto hombres como mujeres, siempre consideró a Mary como la persona más importante para él.

Este profundo afecto quedó demostrado cuando le escribió una de las canciones más emotivas de Queen, **”Love of My Life”**, que fue un homenaje directo a ella.

Incluso después de que Freddie se mudara con Jim Hutton, su última pareja, Mary continuó siendo una parte integral de su vida diaria.

Durante los últimos años de vida de Freddie, cuando fue diagnosticado con VIH/SIDA, Mary fue una de las pocas personas en quienes confió completamente.

A pesar de la notoriedad de Freddie y la presión mediática, Mary siempre se mantuvo a su lado, ayudándolo a lidiar con la enfermedad y el deterioro físico que esta traía consigo.

Freddie, que falleció en 1991 a los 45 años, pidió que Mary estuviera presente hasta el final, lo que reafirma el vínculo inquebrantable que compartían.

Tras la muerte de Mercury, Mary Austin se convirtió en la heredera principal de su fortuna, incluida su famosa mansión en Kensington, Garden Lodge.

Aunque esto generó controversia en algunos círculos, especialmente entre los fanáticos y personas cercanas a Freddie, él había dejado claro en vida lo importante que era Mary para él.

También heredó una parte de los derechos de autor de sus canciones, lo que aseguraba que ella estuviera financieramente estable por el resto de su vida.

Pero más allá de lo material, lo que Mary heredó fue la enorme responsabilidad de preservar el legado de Freddie. Aunque vivió de manera discreta, lejos de los medios y las cámaras, Mary siempre fue la guardiana de los recuerdos más íntimos de Mercury.

Mantuvo su vida privada, protegiendo tanto la memoria de Freddie como su propia paz mental.

En 2023, Mary sorprendió al mundo al anunciar que subastaría algunas de las pertenencias personales de Freddie, incluidas prendas de vestir icónicas, instrumentos musicales y otros objetos que habían sido parte de su vida diaria.

Para muchos, esto fue un golpe inesperado, ya que simbolizaba el cierre de un capítulo significativo en la vida de Mary.

La decisión de subastar estos objetos no fue fácil para Mary, pero, según sus propias palabras, era una manera de dejar ir y continuar con su vida.

Durante más de tres décadas, había guardado celosamente las pertenencias de Freddie, pero sintió que había llegado el momento de compartir parte de ese legado con los fanáticos de todo el mundo.

Para Mary, esta subasta fue un acto simbólico que le permitió cerrar una etapa importante de su vida y, a la vez, honrar la memoria de quien fue su mayor compañero.

La historia entre Freddie Mercury y Mary Austin es una de las más singulares en el mundo de la música.

No solo porque desafió las convenciones tradicionales del amor, sino porque mostró que las relaciones humanas, en su complejidad, pueden trascender el tiempo y las etiquetas.

A pesar de que Freddie amó a otras personas después de Mary, ella siempre ocupó un lugar privilegiado en su vida.

Su vínculo era tan profundo que Freddie incluso pidió que sus cenizas fueran entregadas a Mary para que las esparciera en un lugar secreto, un último acto de confianza y amor.

La vida de Mary Austin es un testimonio de lealtad, discreción y amor incondicional.

A lo largo de los años, ha sido la guardiana del legado de Freddie Mercury, manteniendo viva su memoria y protegiendo los aspectos más personales de su vida.

La subasta de 2023 marcó el cierre de un capítulo para Mary, pero también reafirmó su lugar en la historia como la persona que más conoció y entendió al legendario líder de Queen.

Freddie Mercury y Mary Austin compartieron una relación que desafió las normas, pero que, en última instancia, fue un reflejo del amor en su forma más pura: incondicional, profundo y eterno.

A pesar de las adversidades y los cambios en sus vidas, nunca se separaron realmente, y su historia sigue siendo un faro de lo que significa el verdadero amor y la amistad en el sentido más amplio de la palabra.